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sábado, 26 de noviembre de 2016

Peligros del ayuno


Están surgiendo indicativos de que permanecer mucho tiempo sin comer para más tarde realizar una comilona puede resultar poco saludable. Mediante estudios en animales se ha demostrado que el ayuno prolongado alternado por momentos de alimentación excesiva puede alterar el metabolismo de la insulina, la hormona que promueve el ingreso y metabolización de la glucosa en las células, favoreciendo la aparición de diabetes.
El alerta proviene de un estudio realizado por la nutricionista Fernanda Cerqueira durante su doctorado en el Instituto de Química de la Universidad de São Paulo (USP), bajo la dirección de Alicia Kowaltowski.  Fernanda recelaba que las dietas que restringen el consumo de alimentos pudieran ocasionar efectos diferentes sobre el organismo, aunque todas hicieran adelgazar. Como resulta complicado realizar ese tipo de estudio con personas, Fernanda sometió a alrededor de 100 ratones a diferentes regímenes de restricción dietética durante nueve meses, algo equivalente a casi 20 años en la vida de una persona. Los dividió en cuatro grupos: el de control, que podía comer a voluntad; el de restricción calórica, que recibía un 60% de la dieta estándar y un complemento de vitaminas y sales minerales; el de restricción completa, que recibía una dieta menor en un 60%, sin suplementos vitamínicos, y el de dieta intermitente, alimentado un día sí, un día no.
Las mayores sorpresas aparecieron en el grupo sometido a la dieta intermitente. Luego de permanecer un día en ayunas estaban hambrientos y, de un solo tirón, comían el doble que los ratones del grupo control. También perdieron peso, aunque solamente por pérdida de masa muscular, manteniendo la misma cantidad de grasa visceral que los del grupo control. De la misma manera, los animales sometidos al ayuno absorbían la glucosa, pero la aprovechaban menos. La explicación factible reside en la acumulación de radicales libres, que son compuestos químicos bastante reactivos que aparecieron en cantidades mayores que en los animales del grupo control. Los animales que soportaron el ayuno periódico presentaban ocho veces más peróxido de hidrógeno, un compuesto altamente reactivo. El peróxido es una molécula derivada de los radicales superóxidos, que participan en la formación de peroxinitrito, que se adhiere a una molécula denominada receptor de la insulina. Al mismo tiempo, el receptor activa otras moléculas y provoca el ingreso de la glucosa en las células.
“La insulina continúa uniéndose al receptor, pero la respuesta del receptor es menor que la normal”, dice Fernanda. En su opinión, la reacción del peroxinitrito con el receptor de la insulina es un fenómeno irreversible y la consecuencia es que las células, principalmente las del tejido muscular, reciben y metabolizan menos glucosa que la necesaria. “Aún pesando menos, los ratones sometidos a la dieta intermitente perdieron la regulación metabólica adecuada”, dice Alicia. “Los efectos del ayuno frecuente deberían investigarse con mayor profundidad también en los seres humanos”.


4 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Muy buena e interesante información para evitar la obesidad

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  3. muy buena informacion ya que nos ayudará a mejorar nuestra forma de alimentarnos de la manera correcta, evitando muchas enfermedades

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  4. Es muy interesante tocar este tema, ya que en lo personal el desayuno lo prolongo para un tiempo no muy adecuado sin saber que esto trae consecuencias muy alarmante .
    ¡¡MUY BUENO!!

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